El arca de los cuerpos equivocados

El arca de los cuerpos equivocados

El relato de vida de las personas trans está lleno de metáforas relacionadas con la idea del cuerpo equivocado. Y posiblemente, también el mío está de alguna forma impregnado de esa idea. Tras la operación se cuenta que “se ha vuelto a nacer”, para explicar el porque del cambio de género y/o sexo, se dice que “se ha nacido en un cuerpo equivocado”, o que “uno está atrapado en un cuerpo que no es el suyo”. El cuerpo se vive como un fatídico error de cálculo de la naturaleza, una injusticia inexplicable que nos llevo a nacer en un cuerpo incorrecto. Y por ende, también es fatídico el encuentro a solas con el espejo, la desnudez e incluso la sexualidad. Como está equivocado, se debe cambiar. Y en la espera de ese cambio, se puede maltratar, censurar, esconder, castigar hasta que llegue el deseado.

Cuando parece que está todo perdido y que no vale la pena habitar este lugar, llega Noé, surcando los mares en los que no sabemos bañarnos y nos invita a subir a su arca, con la promesa de llevarnos a un lugar mejor. El arca está llena de otras siluetas, también ensayos fracasados de cuerpos que no funcionan, que estan rotos de alguna forma, que no sirven para este mundo. Cuanto más se acerca, más deseamos estar en ella, para emprender el viaje rumbo a una Ítaca nueva, donde ser otros sin que nadie conozca la historia de nuestra travesía. Podemos subir al arca con una sola condición, reconocer nuestro sufrimiento y nuestra diferencia, saber decir que hubo un problema en las maquinarias y que hemos llegado al mundo inacabados. Noé es generoso y nos abre su arca para llevarnos a algun lugar en el que se nos devolverá un cuerpo habitable.

El arca de los cuerpos equivocados llegará a alguna parte. Y tarde o temprano algunos podran bajar a tierra abandonando en ella esas carcasas pesadas, para vivir al fin en un cuerpo normal. Los cuerpos errados serán fotografiados y analizados, y se escribirán libros para describir tales anormalidades. Una inmensa literatura para que puedan encontrarla aquellos que sufren de este mal, el de nacer en un cuerpo equivocado.

Parecería que el problema queda resuelto en cuanto uno finalmente consigue construir su verdadero cuerpo. Pero de hecho, hay un pequeño detalle en la historia del arca que es importante. Para acceder a ella, hay que reconocer antes que nuestro cuerpo está equivocado, creerlo de verdad. Para subir hay que haber entendido que existen cuerpos correctos e incorrectos, y que hemos tenido la desgracia de nacer en uno defectuoso. Ya no es sólo que alguien externo pueda pensar que tenemos un problema, es que nosotros también estamos convencidos de ello. Y por mucho que consigamos tener un cuerpo correcto, hay algo que no podremos cambiar nunca, y es la experiencia de sentirnos diferentes, extraños al resto. El hecho de saber que un día no fuimos normales. Es más, a veces, incluso cambiándolo todo, el estigma y la frustración de haber nacido anormal puede acompañarnos para siempre.

Se amontonan las preguntas: ¿es cierto que nuestros cuerpos están equivocados?, ¿es posible vivir sin modificarlos?, ¿es posible modificarlos sin aceptar la idea de que están equivocados?

En mi opinión se dice que están equivocados porque no se ajustan a lo que se espera de ellos socialmente. No es que les pase nada intrínsecamente, de hecho todos los organos están sanos y funcionan. Pero es la forma de vivir en ese cuerpo lo que nos resulta erróneo. Y la mirada de los demás sobre él, la inmensa literatura de la que hablabamos, la mirada del cine, de los cuentos, de los viajeros del metro, todo nos recuerda que nuestros cuerpos estan equivocados. Esas miradas probablemente no desaparezcan en mucho tiempo, pero cada vez más emergen otras. A veces me pregunto qué pasaría si junto al arca encontráramos libros, cine, cuentos, en los que nuestros cuerpos aparecieran rodeados de ideas positivas. Si nos hablaran nuestras familias, amig*s, maestr*s, enfermer*s, vecin*s, a los que les gusta nuestra diferencia. Si llegaran personas que nos desean en estos mismos cuerpos, sin modificar absolutamente nada.

Ese caleidoscopio de miradas ya existe. Muchos ya las conocemos, y a pesar de ello, nos es muy dificil dejar de soñar con otros cuerpos y no pensar, en la rutina cotidiana, que algo injusto nos ha sucedido. Sim embargo y a pesar de todo, sigo convencido de que podemos resignificarlos, despojarlos de ese lastre de ser incorrectos , reconquistarlos. Y da igual si para ello hemos necesitado modificarlos. No importa lo que le hayamos contado a Noé para subir al arca. Solo importa si nos lo hemos creído tanto como para acabar odiando nuestra historia.
Otras formas de navegar los mares son posibles.

 

Miquel Missé (Barcelona, 1986). Sociólogo y activista trans. Ha participado en varios colectivos de lucha trans y ha sido un miembro activo de la Red Internacional por la Despatologización Trans como dinamizador de la campaña Stop Trans Pathologization. Ha editado conjuntamente con Gerard Coll-Planas/ El género desordenado: Críticas en torno a la patologización de la transexualidad (EGALES,2010) y recientemente Transexualidades, Otras miradas posibles (UOC, 2012). Actualmente es uno de los dinamizadores del Espacio Abierto Trans Intersex de Barcelona y del proyecte Cultura Trans.