Se buscan falleras ‘bear’ y ‘butch’ para la Crida

Se buscan falleras ‘bear’ y ‘butch’ para la Crida

Valencia y una parte importante del País Valenciano están viviendo durante estos días una fiesta tan popular y conocida internacionalmente como las fallas. Una fiesta con unos orígenes populares y satíricos de la que se apropiaron primero las clases dominants y el franquismo después para hacerla una herramienta de difusión de sus valores. Una fiesta que actualmente es plural en cuanto a colores políticos que conviven en las diferentes comisiones falleras. Entre las fallas progresistas las más conocidas y reconocidas son Arrancapins y Na Jordana, mientras que en las comarcas la inspiración valencianista tiene más presencia y en algunas es majoritaria. Para poder entender su complejidad hay que leer el artículo Las fallas silenciadas  y también el artículo El món a l’inrevés que nos explican sus orígenes, historia y posibilidades.

No había habido hasta ahora ninguna salida del armario vinculada a las fallas  similar a la que este año se ha hecho a partir de revista EGF and the City, destinada a público LGTB. Han publicado en su portada la imagen de dos falleras besándose que ha generado polémica en las redes sociales, como es el caso de la página de Facebook Les falles la millor festa del món. Una acción valiente protagonizada por dos falleras que son pareja en la vida real y que han sido entrevistadas por el diario valenciano Levante-EMV. A pesar de que una de elles indica que una lesbiana nunca llegará a ser fallera mayor de Valencia, aseguran que han recibido sobre todo felicitaciones por la portada y señalan que el mundo fallero no es tan conservador como se cree. Incomprensiblemente aún no se había visibilizado al colectivo LGTB en una de las muestras más populares de la cultura valenciana.

El movimiento LGTB valenciano, entre las diferentes entidades de forma destacada Lambda València,  ha trabajado la cuestión de las fallas con diferentes campañas, pero se tiene que reconocer que la portada de este año supone un gran paso adelante en visibilidad. El Colectivo Lambda de Valencia otorga, desde hace 12 años, el premio Arco Iris a la falla que mejor trate la diversidad sexual, familiar y de género. La campaña “Per Fallas, bunyols i condons” aborda la concienciación en el sexo seguro. Además, también se ha actuado para conscienciar sobre frases habituales de la fiesta pero de contenido LGTBfòbic como por ejemplo “maricón el que no bote”, o la frase del día de la “cremà”, cuando los bomberos controlan el fue de la falla con agua, y se grita “bombero maricón”.

De toda forma, se hace evidente que todavía queda camino para recorrer y porque el colectivo esté presente en la fiesta con normalidad. Las campañas de las entidades y la portada de dos falleras de este año contribuyen de forma clara. El problema no son los comentarios más reaccionarios de las redes a la portada de falleras lesbianas: “Hasta en la sopa!!! Se que sois pesaditos leches… Los heteros no vamos poniendo cartelitos de este tipo… Solo buscáis el escándalo”, que son minoritarios. Por suerte estamos más avanzados de lo que podría parecer. Quizás, lo que más hay es gente que sencillamente no esta a acostumbrada a relacionar la fiesta con la realidad de nuestro colectivo. Por esto es importante que se vea aquello que muchos ya viven a escondidas o sin proyección pública. Lo que, para algunos, es un escándalo si lo hacemos habitualmente, dejará de serlo.

Falleras bear y butch para el año que viene

Por esto, y rompiendo otro de los tópicos de los valencianos, el de la improvisación constante del pensat i fet, planteo con previsión -de cara al año próximo- que el colectivo LGTB participemos de la forma más innovadora, rompedora y provocativa posible en una fiesta que necesita un buen zarandeo de modernidad. Si dos falleras besándose han sido capaces de escandalizar a algunos, que se preparan. Lo digo públicamente: Busco fallera bear (es decir gay bear dispuesto a vestirse de fallera y ser la primera fallera barbuda de la historia) para participar animada y animosamente en la Crida, a las “mascletaes” o a la Intifalla. Y también falleras butch (que estén dispuestas a vestirse como lo hacen tradicionalmente los falleros hombres) para que vayan agarradas de los brazos de la fallera bear y que pueda lucir así a dos “tiarronas” al lado. Y si puede ser que seamos muchos. Cuando menos, nos reiremos un rato.

Por desgracia, la apropiación franquista de las fallas que antes citaba hizo que muchos de los sectores más avanzados de la sociedad valenciana renunciaron a ellas, ya que las vieron como algo casposa y carca. Las fallas son de todos, también del colectivo LGTB, pero eso las tenemos que hacer tan nuestras cómo del resto de la sociedad, tenemos mucho a ganar.

 

El autor del artículo de opinión es periodista y ha trabajado tanto en medios de comunicación, como en comunicación corporativa y 2.0. Es además, valenciano de nacimiento y barcelonés por decisión propia. Por otra parte, ha participado de diferentes movimientos asociativos LGTB y ha colaborado en diversos medios especializados en temática LGTB y con el libro “La historia del movimiento gay en la clandestinidad del franquismo”, de Armand de Fluvià.
Actualmente participa del proyecto IDEMTV, con dos profesionales más.