Ismaria Zapata: «Las personas LGTBI en este conflicto estaban enterradas»

Ismaria Zapata: «Las personas LGTBI en este conflicto estaban enterradas»

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Por Carme Porta

Entrevistamos a Ismaria Zapata, activista feminista lesbiana, socióloga en maestría en Estudios Humanísticos y miembro de la concejalía colectiva Estamos Listas, un movimiento político feminista que ha obtenido representación municipal en Medellín. Es la primera candidata al concejo de Medellín abiertamente lesbiana y una de las fundadoras de la Colectiva 69 (grupo lésbico de la ciudad de Medellín). También es investigadora principal sobre Caracterización del conflicto armado en Antioquia entre 1998 y 2018 y, actualmente, investigadora del Observatorio de Feminicidios Colombia, en el ámbito de perfiles psicológicos de victimarios feminicidas.

La militancia LGTBI en Colombia no ha tenido que ser fácil, hubo una evolución durante el proceso de paz?

El acuerdo del proceso de paz se firma el 2016 y es la primera vez en el mundo que se constituye una subcomisión de género que es posible, no sólo por las resoluciones de NNUU desde 2002 que recogen que las mujeres deben ser parte de la negociación, sino porque la mayoría de las organizaciones de mujeres de Colombia tienen origen e intencionalidad con movilizaciones en torno a la guerra, para que nuestro cuerpo es territorio de paz y no botín de guerra.

Estas organizaciones se abren camino en los derechos y la población LGTBI ha tenido también un espacio en este marco, dado que el género no es sólo un marco biológico sino también de identidad y orientación sexual. Así la población LGTBI, un colectivo históricamente excluido, discriminado y que tuvo que vivir en la clandestinidad, se convierte en sujeto político y por primera vez en la historia colombiana, puede tener voz en el proceso de paz y se reconocen las vulneraciones de derechos que se han llevado a cabo en 62 años de guerra y, por tanto, se les reconoce como víctimas y son sujeto de reparación.

El patriarcado es el lugar donde se desarrollan las relaciones de desigualdad donde las mujeres nos llevamos la peor parte, en el marco del conflicto armado las relaciones de poder, desigualdad y violencias múltiples intensifican hacia las mujeres y la población LGTBI. De forma particular, se agudiza la persecución, violencia sistemática contra las lesbianas, bisexuales y las personas trans.

Después de todo esto, como han evolucionado los derechos y visibilidad de las personas LGTBI en Colombia?

De hecho podríamos hablar de cómo era antes y después la población LGTBI. Las instituciones, durante el proceso de paz, crearon recursos para las víctimas del conflicto y hoy la población LGTBI somos parte de las instituciones, por ejemplo del Centro Nacional de

Memoria, una nueva institución que impulsa investigación sobre la memoria del país y también de las personas LGTBI y como estaban en el conflicto armado, esto no había pasado antes. Es importante destacar que mientras en otros países de América Latina los movimientos de mujeres y de liberación han estado pensando hace muchos años en la despatriarcalitzación de las relaciones, en el trabajo de la descolonización, en Colombia estábamos enredados en más de 50 años de guerra entre la población.

Las personas LGTBI en este conflicto estaban enterradas, no se conocía, no sólo por la moralidad religiosa, católica y con muchos prejuicios sino porque los grupos armados son también sociedades muy cerradas y conservadoras. Con el proceso de paz las personas LGTBI se han hecho visibles y han podido beneficiarse del marco legal y de reparación y justicia.

Eres la primera candidata municipal de Medellín ambientalmente lesbiana, ¿Cómo se vivió esto antes, durante y después de la campaña?

Desde 2016 las personas LGTBI nos hemos presentado a procesos electorales diversos. En 2014 la primera mujer candidata abiertamente lesbiana, Luz Angélica Lozano, entra en la cámara de representantes y Claudia López -actual alcaldesa de Bogotá- al Senado, aunque todavía no se muestra abiertamente hasta aspirar a la vicepresidencia. Novicio Toro fue el primer político abiertamente gay en Colombia que fue elegido a Bogotá las últimas elecciones.

Cuando yo me encuentro con el feminismo decido empezar a llamarme como lesbiana y feminista abiertamente, aunque nunca había tenido una aspiración a un cargo de elección popular, pero venía del trabajo comunitario y tenía un capital cultural y cívico importante en mi trayectoria.

Cuando nace el movimiento político ‘Estamos Listas “decido pasar parte de este capital al movimiento, donde nos habíamos afiliado más de 2.000 mujeres. En Medellín nunca ninguna mujer se había presentado a unas elecciones tan visiblemente, me sentía apoyada por proponer un cambio de contexto en una sociedad conservadora que tiene incrustados prejuicios e instituciones contra nuestros derechos.

La nuestra es una propuesta progresista y había que visibilizar las mujeres y las personas LGTBI. Cabe destacar que sin este proyecto y este contexto político yo no lo habría hecho, habría sido un alto riesgo, ahora me siento muy apoyada.

¿Cómo ha afectado la pandemia del Covid-19 a las personas y los derechos LGTBI?

El Presidente de Colombia tiene un pensamiento de derechas y esto se aplica a la sociedad y la economía. Tomó unas decisiones no desde una perspectiva de la salud sino con la preservación de los gremios económicos.

En Bogotá Claudia López ha tomado medidas pensando más en las personas y está siendo referente para otras ciudades. En Medellín las prácticas son clientelares y el alcalde ha abandonado el discurso de corte progresista, con una tendencia muy fuerte de medidas de bioseguridad y económicas.

¿Qué pasa con la población LGTBI? Por ejemplo, ha habido problemas durante la cuarentena, se resolvió que unos días salían las mujeres y otros hombres y las personas trans estuvieron fuertemente reprimidas y atacadas y con problemas de hogar en el caso de las trans que ejercen la prostitución . Muchas lesbianas de clase media que habían logrado muchos derechos civiles y autonomía económica que les permitía ejercerlos, con la crisis han perdido su empleo o el negocio y eso les ha restado autonomía y han habido pasos atrás.

Reconstrucción postpandèmia (aún no solucionada, claro). ¿Cuáles son las demandas del colectivo para el futuro en Colombia?

Ahora todos los municipios tienen la obligación de realizar planes de desarrollo, es una planificación a 4 años y se debe hacer con la gente, lo ideal sería planificar el desarrollo, decidir la ejecución y el presupuesto con afro, indígenas, mujeres , niños y niñas, personas LGTBI … tanto los departamentos como en los municipios.

Sería un reto, la población LGTBI y las organizaciones y activistas no han conseguido ser un interlocutor válido ante las instituciones por la falta de visibilidad, lo que conlleva que en la planificación las necesidades LGTBI no están traducidas en programas, líneas, proyectos, metas y recursos que las resuelvan y acaben con las discriminaciones y violencia contra el colectivo.

Actualmente no hay recursos para defender los derechos civiles, políticos y sociales y dar garantías a la población LGTBI. Hay que romper la estructura mental fóbica de las estructuras del estado, de las instituciones, superar la barrera y que se nos escuche para que se refleje en la legislación y las políticas. Creo que esto sería parte fundamental de la reconstrucción por el futuro.