Se acerca el 1 de diciembre y acabamos de pasar la semana de la prueba del VIH, una iniciativa que surgió en Europa en 2013 con el objetivo principal de promover la detección precoz del VIH y de la hepatitis vírica .

El colectivo LGTB ha sido un colectivo activo en la lucha por la visibilización y prevención del VIH y han reclamado siempre políticas sanitarias que tengan en cuenta la salud desde una perspectiva integral, desde la sensibilización y la prevención a una inversión en la investigación para encontrar herramientas de superación del virus que permitan tener, a las personas afectadas, una vida digna y normalizada.

Toda esta demanda ha sido desde la centralidad de la salud sexual y reproductiva, en la defensa de los derechos de las personas a una vida saludable y sin estigma ni discriminación, un estigma que ha sido asociado al VIH.

La prevención como estrategia, el cuidado de la salud, la sensibilización y promoción de los derechos sexuales y reproductivos son básicos en esta demanda. Son pasos adelante para luchar contra el avance de la infección y, también, contra el estigma social que representa.

Este año el lema del Comité 1º de diciembre, que agrupa a 24 entidades, es “Revueltas con la prevención“, un lema que quiere «reivindicar la prevención, transformarla, darle vueltas, revolverse la, enmarcarla en el paradigma de promoción de la salud en un contexto en el que las desigualdades, la invisibilidad, los recortes o el estigma y discriminación que sufren las personas que viven con VIH lo dificultan ». El trabajo realizado es mucha, la que queda también, pero los avances son evidentes y el trabajo comunitario hecho desde el comité imprescindible.