Los diferentes actos que se han llevado a cabo en torno al 17 de mayo, día internacional contra la LGTBfobia muestran que la idea de “poder rosa” es más una idea, que han querido hacer correr interesadamente, que una realidad cotidiana.
Que haya personas que participen de gobiernos o de listas electorales y que den la cara por el colectivo no ha terminado con la discriminación. Que haya personas que viven de forma normalizada su orientación sexual sin complejos en los medios de comunicación no quiere decir que la LGTBfobia haya sido erradicada. Que haya una ley que garantice nuestros derechos y luche contra las agresiones y discriminaciones no quiere decir que sea efectiva.
Las entidades del colectivo LGTB han hecho oír su voz este 17 de mayo y lo han hecho de forma unánime y clara para denunciar la falta de garantías legales y sociales para vivir libremente nuestra sexualidad.
El imaginario colectivo cree que el matrimonio y la salida del armario son una expresión del poder del lobie “rosa“, como si nuestros derechos fueran privilegios. Olvidan, obvian, no quieren mirar el día a día y aquellas personas que han sufrido agresión e incluso la muerte. Olvidan, obvian, no ven, aquellas agresiones cotidianas: los libros de texto que nos muestran como enfermos y enfermas (o poco saludables), cafeterías que nos expulsan por besarnos, las amenazas personales a miembros destacados del movimiento… lo que muestra nuestra realidad más allá de las fiestas y el dinero.
La LGTBfobia se cura, las leyes garantizan los derechos, a que esperamos para comprometernos?