Muchas veces cuando pensamos en el voluntariado, pensamos más en la persona que acompaña gente mayor, o que ayuda a organizar un acontecimiento, una fiesta, un baile, un festival de cine, etc. No solemos pensar con aquella que ocupa un cargo a alguna entidad y realiza tareas de responsabilidad y que dirige un equipo de personas -otras voluntarias- para cumplir la finalidad de la asociación. Estamos hablando de las persones que són tesoreras, de los secretarias, de las presidentas de una Junta también de quien dirige la revista de una asociación o de las personas vocales. Son voluntariados poco visibles y, en muchas ocasiones, poco reconocidos que hacen un trabajo imprescindible.


Después Pallás presidió la entidad europea de familias LG hasta el año pasado, y desde hace 3 años es presidenta de Familias LG. Sus motivaciones fueron varias, entre ellas que sintió la necesidad como madre lesbiana que alguien defendiera sus derechos.
Los motivos de Estapé fueron también muy similares a los de Pallàs, hacía falta un relevo y ya tenía una cierta experiencia.
En el caso de Juan Sebastian Meyer, presidente de STOPSIDA, elegido recientemente, su motivación viene de experiencias anteriores en entidades como Amnistía Internacional y a sus principios políticos. Si bien en STOPSIDA empezó desde el voluntariado de base, pronto empezó a asesorar a la Junta de la entidad por su formación médica y como sociólogo, además de su experiencia en entidades, cosa que facilitaba que asumiera un cargo.
Las personas entrevistadas concluyen que la formación y la experiencia facilita la asunción de responsabilidades, pero resaltan que para ocupar un cargo lo que hace falta, sobre todo, es voluntad, motivación y compromiso.
Las personas entrevistadas coinciden también en que su tarea les resulta gratificante a pesar de las muchas horas y, quizás, algún dolor de cabeza que las provoca. Reconocen que hace falta motivación y disponer de un mínimo de tiempo razonable sin el cual no se pueden ejercer funciones de responsabilidad en una entidad.
Con todo, tanto Ruiz, como Longares, como Pallàs señalan la gratificación de estar haciendo algo importante que dotará de derechos y servicios a la comunidad LGTB. En su caso destacan como hitos importantes la consecución de la unidad de acción del movimiento LGTB a partir de la Plataforma Lgtb.cat y de la ley contra la LGTBfobia. Por su parte, Meyer y Estapé destacan el mismo sentimiento en cuanto a la prevención del VIH y también a la atención de las personas seropositivas, así como la tarea de visibilización de este colectivo.