EDITORIAL

Muchas veces se habla de la necesidad de promover la visibilidad LGTB sin que esto trascienda más allá de los círculos reivindicativos del movimiento LGTB y sin que la sociedad acabe siendo consciente de lo que es. La visibilidad se refiere, sin más, a la posibilidad de que los miembros del colectivo LGTB desarrollen su día a día en todos los ámbitos y en todas partes sin sufrir discriminación. La denuncia de que aún queda LGTBfobia social se entiende poco y esto nos impide avanzar. Por eso, queremos resaltar el estudio que, en el día de la salida del armario, la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales presentó y que nos ayuda a explicar el camino que le queda al colectivo LGTB para conseguir su definitiva libertad. Se trata del ”Estudio 2013 sobre discriminación miedo orientación sexual y/o identidad de género en España”, que recoge las vivencias de más de 762 personas LGTB del Estado español.

Estamos hablando de poder ser abiertamente del colectivo LGTB con la familia o los amigos, en el trabajo o en la panadería donde vas a comprar el pan, sin que eso ocasione problemas. Los datos, la realidad, son impactantes: un 44,6% se ha sentido discriminado en un establecimiento público. Por otra parte, un 31,2% ha sufrido alguna forma de discriminación al trabajo: bromas, acoso laboral, problemas para ascender dentro de la empresa o incluso para buscar trabajo. En la administración o la sanidad pública el porcentaje de personas que han sufrido LGTBfòbia está por debajo del 20%, pero el estudio determina que es porque en estos ámbitos se esconde más la condición sexual. La situación más preocupante se produce a la enseñanza donde un 76% de los alumnos afirma haber sufrido algún tipo de discriminación, ejercida sobre todo por sus compañeros, a pesar de que en un 27% también se cita el profesorado.

Lo que más sorprende son los datos de las personas LGT que finalmente han acudido a la justicia ante estas discriminaciones: sólo un 5%, frente un 41% que cree que lo tendría que haber hecho. Pero, lo más destacable es que, si bien un 55% no lo hace por desconfianza en el sistema, un 29% por razones de visibilidad: tienen miedo que se sepa que son gays, lesbianas, bisexuales o transexuales. Todos estos datos nos reafirman en el apoyo a una ley por los derechos y las libertades del colectivo y contra LGTBfòbia. Sin esta, sencillamente, será más difícil superar la LGTBfobia social que áun queda y muchos sufren en el día a día.