75 años del bombardeo del cabaret La Criolla
Dicen que en los años treinta visitó Barcelona el actor y juerguista Douglas Fairbanks JR. Y que quedó fascinado por la vida nocturna de esta ciudad: “No he visto una cosa parecida, ni en Saigón, ni en Shanghai, ni a Port Said, en ningún lugar “. Uno de los locales que frecuentó fue La Criolla, el célebre local de la calle Cid, cerca de los Astilleros.
Originalmente fue un local de obreros y marineros, lugar de encuentro de contrabandistas y “cnaperos” homosexuales, que utilizaban las habitaciones para sus encuentros esporádicos. A principios de los años 20 se instaló una sala de baile, donde eran frecuentes los espectáculos de transformistes. El 1929, con motivo de la Exposición Internacional de Barcelona se reformó en un Cabaret / Sala de Baile. Pronto llamó la atención tanto de escritores y políticos cómo de traficantes de armas, “cnaperos” o prostitutas. Siguió manteniendo sus habitaciones privadas, en las cuales a menudo personas anónimas practicaban el sexo a cambio de favores económicos.
El local puede recordar “El Dorado” de Berlín, conocido por el film Cabaret. El ambiente era irrespirable por el sudor, el humo del tabaco, o por estar siempre abarrotado. Corría la absenta o drogas como la morfina o la cocaína. Era fácil encontrar hombres mayores vestidos de mujer y muy maquillados, jóvenes ofreciéndose al mejor postor, turistas ricos o jóvenes burgueses que acudían para observar el espectáculo que daban los clientes del local cada noche, acabando en muchas ocasiones en peleas multitudinarias.
Con la llegada de la República el local se fue transformando en un lugar frecuentado por homosexuales, travestidos y transformistas. En los espectáculos se imitaba a Concha Piquer o Pastora Impere. La pugna con otro local de idénticas características, el Wu-Li Chang, para conseguir los mejores actores fue enorme. Adolfo Os, un obrero anarcosindicalista, nos explica en “Recuerdos de un cenetista”: “En la Criolla estava el viejo transformita Bertini, que en sus mejores tiempos llegó a hacer dudar si era hembra o macho … Pero la estrella era Mirco, lleno de juventud, luciendo un deslumbrante vestuario femenino, que las malas lenguas afirmaban que era pagado por un conocido fabricante, que harto del amor fácil había optado por el “homosexualismo”.
Por este cabaret pasaron artistas que más adelante consiguieron gran notoriedad como la “bailaora” Carmen Amaya o la cantante Josephine Baker.
Entre los asiduos al local podemos señalar el escritor francés Jean Genet. Allá se prostituía o buscaba sus víctimas para entregar los botines de sus hurtos al manco Stilitano, un serbio de andar por casa que le hacía de macarra. Posiblemente gran parte de la trama explicada Querello de Brest transcurría entre este local y el Burdel de Madame Le Petit, a la calle Arco del Teatro.
Otro de los asiduos al local fueron el marqués Antonio de Hoyos y Vinent y su grupo formado por Pep Zamora o Tórtola Valencia. Dandy, anarquista y escritor decadentista dilapidó fortuna y prestigio en manos de los pinchos mejor dotados a lugares como la Criolla.
El Cabaret lo traía José Márquez Soria, “Pepe el de la Criolla”, devoto de la Virgen de Pilar. Sabía llevar el local a la perfección, evitando que las peleas fueran a más y la policía tuviera que actuar. Pepe fundó otro mítico Cabaret: Barcelona de nit (Barcelona por la noche), pero el 1936 fue asesinado. Esto junto a la Guerra Civil hizo entrar en decadencia al local. En septiembre de 1938 una bomba lanzada por la aviación alemana destrozó el local, nunca más abrió sus puertas.
75 años después los responsables últimos del bombardeo, el ejército español, todavía no ha pedido disculpas, ni por este ni por ningún otro de los ataques aéreos contra la población civil.
Más información:
Historia y leyenda del barrio Chino, Ediciones La Campana, 1996
Jean Genet en Barcelona
Barcelofilia
Las verdades … que son muchas en la vida
![]() |
El autor es voluntario de la Coordinadora LGTB de Catalunya y Vicepresidente de Gais Positius. En 2009 organizó con Circiut Festival la exposición “Las relaciones homosexuales a través de la historia” y al año siguiente, con motivo del 30 aniversario del primer caso de SIDA, la exposición “VIH en positivo”. Paralelamente y con los materiales recopilados inició el blog L’Armari Obert. |