Trabajo para tod@s

Trabajo para tod@s

Creo que el principal problema de las personas trans es encontrar un trabajo digno y, en el caso de que lo tengan, no ser discriminadas laboralmente.

La integración laboral sin discriminación y sin exclusión es nuestro reto. Pero esto es difícil en una sociedad capitalista, donde el único principio es la máxima ganancia y todo el sistema está diseñado para que una pequeña élite viva en el paraíso, mientras el resto de la gente sobrevive o perece en el intento.

La crisis que sufrimos y los 6 millones de parados son pruebas de lo que digo. No propongo, en cambio, un sistema socio-económico como el que había en la Unión Soviética. Mi propuesta es un sistema mixto, donde existan empresas privadas pero donde el sector público intervenga decididamente en la economía.

La mano invisible de Adam Smith beneficia a muy pocos y deja excluidos a la mayoría de la sociedad. Por eso, el Estado debe resolver los problemas que los empresarios privados no saben, no pueden o no les interesan resolver.

El Estado debe proporcionar un empleo digno a todas aquellas personas que no encuentren un trabajo en el mercado laboral privado. La economía debe estar a servicio de las personas y no al revés.

De esta forma todas las personas trans podríamos encontrar un trabajo. Se acabaría con el miedo de los trabajadores a ser despedidos. Así podrían negociar mejores condiciones laborales.

El gobierno sería amigo de la clase trabajadora, aunque no adversario de los empresarios. Se reforzaría el Estado del Bienestar y se reformaría el sistema de impuestos para que todos los ciudadanos paguen impuestos en función de su riqueza y se acabe con el fraude fiscal.

Finalmente, se crearía una banca pública y se nacionalizarían las empresas eléctricas y de suministros de agua, porque distribuyen bienes básicos para la población.

Todos estos cambios se deberían realizar de forma pacífica y democrática, nada de dictadura del proletariado. Sería una fuerza política la que debería asumir este programa reformador y sería reversible. Solo bastaría que una mayoría de ciudadanos votasen a un partido político partidario de volver al sistema actual.

Esta sería la solución a la falta de trabajo de las personas trans y del resto de la población. Una sociedad justa solo es aquella en la que no existe la pobreza y la diferencia entre los más ricos y los menos pudientes es modesta. Una sociedad donde gobierna el pueblo mediante elecciones democráticas y donde los gobernantes solo buscan el bienestar de la población y crear una sociedad en la que reine la libertad, igualdad y fraternidad.

 

Joana López (Barcelona, 1968). Diplomada en Ciencias Empresariales y activista trans. Ha militado en el colectivo de transexuales de Catalunya desde 1998 hasta 2003. En 2003, fundó, junto con Gina Serra, la Asociación de Transexuales de Catalunya y desde ella sigue luchando por los derechos civiles de las personas trans. Desde abril de 2013 es vicepresidenta segunda del Consejo Nacional LGTB.
Socialista que cree en la democracia y partidaria de un sistema económico y social que permita acabar con la pobreza, la desigualdad social y que ayude a todos a encontrar la felicidad. Un sistema que permita que haya vida antes de la muerte.