La Conferencia Episcopal española ha valorado como “gravemente injusta” la sentencia del Tribunal Constitucional que ha decidido mantener intacta la ley que el 2005 amplió el derecho a matrimonio a parejas de gays y lesbianas. La máxima autoridad católica española reclama una “urgente” ley de protección de la familia, puesto que considera se está privando los niños del “derecho de tener un padre y una madre”.

Reacciones como ésta confirman, lamentablemente, las previsiones de líderes y entidades LGTB que advierten que no está todo conseguido y todavía queda pendiente la lucha contra la homofobia social y la consecución de una ley contra la homofobia.

No les importan los niños

En declaraciones a idemTV, María José Arisa, vicepresidenta de Familias Lesbianas y Gays (Familias LG), señala que “en realidad los niños no les preocupan, sólo se preocupan de ellos cuando son los nuestros no cuando hay miembros de la Iglesia implicados en abusos sexuales o cuando se están muriendo de hambre aquí y en otras partes del mundo”. Arisa cree que tras la sentencia asistiremos a una campaña homófoba de los sectores más conservadores para evitar que se consoliden los derechos que el colectivo LGTB ha conseguido en los últimos años. “Son cuatro gatos pero tienen mucho poder y altavoces mediáticos, y son ataques que no podemos permitir”, señala la vicepresidenta de una asociación que acoge a más de 600 familias en las que los padres y las madres son homosexuales.

Desde el Frente de Liberación Gay de Catalunya (FAGC), Eugeni Rodríguez, acusa la Conferencia Episcopal de situarse, con estas declaraciones, “al margen de la legalidad” y de generar “odio y violencia contra el colectivo LGTB”. Una posición que se comparte, Joaquim Roqueta, secretario general de la Coordinadora LGTB de Catalunya, que reclama una ley contra la homofobia para que no se produzcan los ataques a personas LGTB como las que ha hecho la Conferencia Episcopal, pero también “diferentes medios de comunicación de extrema derecha que incurren en delitos de provocación del odio, la violencia y la discriminación” contra el colectivo.

Los cristianos ignoran a la Iglesia

Por su parte, Jordi Valls de la Asociación Cristiana de Gays y Lesbiana (ACGIL), ha indicado a Idem TV que hay un divorcio entre las bases cristianas y la jerarquía y afirma “que ya hace mucho tiempo que ignoran las palabras de la Conferencia Episcopal sobre sexualidad ya que tienen concepciones totalmente retrógradas”. Añade Valls que la jerarquia realiza una interpretación conservadora de la Biblia que sólo mantienen aquellos teólogos que “están a sueldo del Vaticano” y propone como ejemplo a seguir las diferentes iglesias luteranas de los países del norte de Europa “que ya casan homosexuales”.

No deja de ser, cuando menos, curioso que una institución como la Iglesia católica que ha discriminado durante siglos a las mujeres y los homosexuales hable de situaciones “injustas” cuando se refiere a una de los hitos más importantes del movimiento LGTB. A este respecto, el portavoz de ACGIL critica que la jerarquía católica no se haya manifestado sobre la crisis o los desahucios y sí sobre este tema. Con todo, lo que más le duele a Valls como padre es que “como cristianos nos hace daño que otros cristianos digan que mi familia hace daño a la sociedad”.